Desde que nos levantamos
hasta que nos acostamos Dios se hace presente en nuestras vidas y es que el
amor que tiene Dios para con nosotros es maravilloso, nos damos cuenta en la sonrisa
de un hermano, cuando nos da la oportunidad de ver un nuevo día, por la dicha
de estar rodeados de nuestra familias, de nuestros amigos, de nuestros
compañeros y de su hermosa creación que hizo para que nosotros la disfrutemos.
Podemos ver el amor de Dios a
través de la belleza de los campos, de las flores, las mariposas, el sol que
con su luz y calor nos da su energía para empezar un nuevo día con deseos de
realizar nuestro trabajo diario, la luna, la cual nos invita a descansar
después de una larga faena de trabajo que nos ha regalado nuestro Padre
celestial.
Y por sobre todas las cosas
no podemos dejar de mencionar el hecho de que nuestro querido Padre del cielo
entregó a su único hijo para que nuestros pecados fueran lavados con su santísima
sangre. Es por esta razón que somos libres y hemos sido liberados del pecado y
no podemos dejar que el pecado vuelva a arroparnos, no podemos dejar que el
pecado nos aleje de Dios, porque somos nosotros los que nos alejamos de Dios
con nuestras indiferencias, idolatrías, odios, vanidades, adicciones, etc.,
mientras que Dios siempre está presto a que le abras tu corazón para entrar y
morar en el.
Bendiciones abundantes para
todos, que el Señor Jesús los cubra con su manto bendito.