Los aspirantes a profesores de la República Dominicana, empiezan a pasar trabajo desde que se ponen como meta elegir esa carrera como profesión y continúan pasando trabajo cuando comienzan a ejercerla y le empiezan a pagar un misero sueldo de 8 mil pesos mensuales aproximadamente.
Sólo los mantiene firme su vocación de servicio y su sueño tan anhelado de ser un buen pedagogo.
¿A caso es justo que los precios de la canasta familiar aumenten mientras que los profesores que son los que preparan a los futuros profesionales de la patria, no tengan el suficiente ingreso para comer una comida balanceada?
Empecemos a respetarnos y a pagarle un salario justo a todo el que con pasión y empeño se esfuerza por ir a trabajar dando todo de si.
Pero no son sólo los profesores los que necesitan un salario justo, sino todo aquel que de manera honesta se lanza a las calles todos los días a buscar el pan diario con que alimentarse a si mismo (a) y su familia.
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